miércoles, 21 de abril de 2010

SEGUIMOS DE CONSEJOS


Vinos para pescado y marisco: si el pescado es de mar y se cocina de forma sencilla, el acompañamiento más adecuado es el vino blanco.
Cuando el plato es más elaborado, por ejemplo. si el pescado se ha preparado guisado con tomate ajo y perejil, pueden aconsejarse vinos rosados e incluso tintos de sabor intenso y jóvenes, que ligan bien también con pescados de sabor decidido como las sardinas o el atún.
Mariscos y crustáceos maridan bien con blancos aromáticos.

PARA CARNES: Cuanto más intenso es el sabor de las carnes, y esto vale sobre todo para la caza, más oscuro y con cuerpo debe ser el vino. Por eso las carnes rojas combinan, en general, con vino tinto y las blancas como el pollo, requieren un blanco que no sobresalga.

PARA LOS POSTRES: Los postres al ser dulces son difíciles de maridar con los vinos. Generalmente, pueden servirse con vinos dulces y cava. El chocolate, por su característico sabor, es difícil de combinar y, aunque el agua es lo que más realza su sabor, puede servirse con vinos dulces generosos tipo Pedro Ximénez.
Con las tartas clásicas y los bizcochos casan bien el cava o la sidra.
Las tartas preparadas con brisa u hojaldre y con rellenos gustosos ligan mejor con vinos blancos y dulces.

PARA LOS QUESOS: Con quesos madurados, como el de oveja y Parmesano, van bien los tintos de crianza, pero también algunos blancos o un vino de Jerez oloroso. Los quesos azules (Cabrales, Roquefort, Gorgonzola, etc.) maridan a la perfección con un vino dulce.

PARA LOS EMBUTIDOS: Con un entrante de embutidos variados es ideal un tinto joven. Con jamón serrano es mejor un tinto seco y decidido o un vino amontillado.

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