miércoles, 21 de abril de 2010

EL SUEÑO DE NIÑA A ABUELA


. ¿Te acuerdas? Cuando chiquilla sabías disiparme los miedos y convertirlos en cuentos fantásticos y maravillosos. – Cuando te acercabas a darnos el beso por las noches, yo te pedía nos contaras un poco más de aquél enano que vivía en el hueco de un árbol. Apoyaba mi cabeza sobre tu brazo (Y BAJO AQUÉL OLOR DE TU CAMISA A JABÓN, HIERBAS Y A SOL) nos íbamos en busca de aquél ser; siempre empezabas la historia de la misma manera.
El enano era tu amigo, le solías visitar muy de mañana, y el, que aún dormía se despertaba refunfuñando por lo inoportuno de la hora. Saltaba a regañadientes de una cáscara de nuez, que le servía de cama y se acicalaba en otra cáscara de avellana, llena de agua de rocío. Una vez listo se sentaba al sol en una rama cerca de tu oído… Así empezabas un nuevo cuento, lleno de magia que siempre superaba al del día anterior.
Ahora la realidad se empeño en decirme que todo aquello pasó y que solo queda una verdad, dura la mayoría de las veces: en la que tiene que ser mi brazo el que sirva de apoyo a otras cabezas.

1 comentario:

  1. Bonita historia Marisa.....que pena el vacio tan grande que dejan esos recuerdos verdad?

    A mi me consuela el ver que hay historias de mi niñez que ahora veo reflejadas en la vida de mis hijas.

    Un beso......la receta de los aguacates..........hummmmmmmmmmmmmmmmmmm!!!!

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