sábado, 17 de abril de 2010

OJOS DE NIÑA

“Aquellas grandes nevadas, cuando al caer los primeros copos mi impaciencia llegaba al máximo esperando que cubriera. Ese día mi padre me encasquetaba el gorro, me anudaba la bufanda con dos nudos, y bien temprano salíamos a hacer monigotes y el muerto en la nieve. Luego nos dedicábamos a buscar “carámbanos”, los había preciosos y de todos los tamaños colgando de cualquier sitio los tejados, la fuente, de los árboles del parque del surtidor. Era éste un pequeño jardín con un surtidor negro del que nunca dejaba de manar el agua,( las gotas que resbalaban por él al congelarse, parecían formar un precioso encaje).
Recuerdo aquel día: cuando al salir un rayín de sol y reflejar en los carámbanos, estos parecieron estallar en mil colores. Nunca mas volví a ver aquellos colores tan limpios y brillantes, con el pasar del tiempo volví a mirar el hielo que colgaba de algún tejado pero jamás los e vuelto a encontrar." (Me faltaban aquellos ojos de niña).

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