el adorno de la mesa tiene que ser sencillo y de buen gusto. Nada de palilleros. Los centros de las flores (si se ponen) se harán muy bajos a fin de que no estorbe la visualidad e intimidad de una conversación.
Cada comensal requiere un espacio de 60 cm.. Se ponen dos platos por cubierto, colocados a 3 o 4 cm del borde de la mesa. Primero uno llano y sobre éste el de sopa, encima de éste se coloca un platito para los entremeses; al lado de cada plato se colocan los cubiertos en orden a su utilización. A la derecha la cuchara de sopa y un cuchillo, a la izquierda un tenedor nada más
(para evitar aglomeración de cubiertos en la mesa se presentan el resto con cada uno de los platos, al cambiarlo).
Los vasos se colocan enfrente al comensal, de izquierda a derecha, tantos como vinos se vayan a servir empezando por el vaso de agua; en el lado izquierdo se pondrá un platillo de cristal o juego de la vajilla para el panecillo.
La servilleta sencillamente doblada sobre el plato.
El pan y el agua no se sirve hasta el momento de comer.
Las fuentes se presentan al comensal por la izquierda; éstas llevarán los cubiertos respectivos siendo por lo general un tenedor grande y una cuchara sopera a excepción del pescado que tiene cubierto especial.
Por la noche no se sirve queso. Los platos deben llevarse a la mesa trinchados.
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